Perfil histórico y lugares:

     En el año de 1097 casaba en la ciudad de Huesca el rey aragonés D. Pedro I en segundas nupcias, y lo hacía con Dnª Berta, a quien como dote le entregaba las tierras de Ayerbe, Riglos y Agüero. Tierras que gobernó como viuda a la muerte del rey Pedro, hasta que fueron nuevamente incorporadas a la corona. Aunque históricamente nunca constituyó realmente un reino, la tradición ha hecho llegar a nosotros el respeto que las gentes tuvieron hacia Dnª. Berta considerándola reina. De aquí que a este territorio se conozca como Reino de los Mallos.

     Ayerbe.- Villa cuyo conjunto urbano se aglutina al pie de una fortaleza que es documentada en el s. X en la "Crónica de al-Razí", quedando sus restos sobre el crestón denominado "Los Muros" y en el cual destaca la ermita de San Miguel.
     Abajo, su casco urbano con la torre de San Pedro, resto de la primitiva iglesia románica. Su templo parroquial, antiguo convento de domínicos, es obra del s. XVI, con añadidos del s.XVII y XIX, custodiando la talla románica del s. XII de Ntra. Sra. de Casbas. El conjunto total de edificaciones está levantado en torno a dos grandes plazas que se encuentran separadas por una torre civil (con reloj), obra de 1798, y el palacio de los Urriés. En la casa que habitó el Nobel español Santiago Ramón y Cajal, existe un Centro de Interpretación de su vida y obra.
     Pueden admirarse en su término la ermita de Sta. Lucía, obra románica del s. XII; la de San Pablo (popular) y la ermita santuario de Ntra. Sra. de Casbas, obra del s. XVII decorada en su interior con interesantes pinturas que la elevan a la categoría de "Capilla Sixtina del Altoaragón".
     Concilio.- Lugar con núcleo de población compacto en torno a una plaza y dos calles unidas por ella. La iglesia de Santa María es románica del s. XII, de ábside semicircular, abovedado en cuarto de esfera; la nave tiene cubierta de madera sobre arcos apuntados. Este edificio parecen pertenecer a un antiguo monasterio mozárabe, a juzgar por los restos existentes en el exterior.
     Murillo de Gállego.- Villa situada en la margen derecha del Gállego. Su núcleo urbano se asienta sobre una pendiente y es dominado su caserío por la arquitectura de su templo parroquial, mitad atalaya cubierta con bóveda de cañón algo apuntado sobre arcos fajones y con capiteles historiados; obra ésta que se amplió siglos después de su edificación. Sobre el crucero lleva cúpula cuadrada, nervadura y cuatro óculos; bajo el presbiterio está situada la cripta bajo los tres ábsides.
     En su término puede visitarse la ermita de la Virgen de la Sierra, de nave rectangular y cabecera plana, con bella portada gótica.

     Riglos.- Al amparo de las enormes masa pétreas y a orillas del Gállego se asienta la población con un trazado irregular que ha de adaptarse a la pendiente. En la parte alta, la iglesia de Ntra. Sra. del Mallo, de una nave de tres tramos y capilla mayor, obra fechada en la segunda mitad del s. XVII; se cubre con bóveda de lunetas en la nave central y las capillas laterales con aristas. Alberga dos tallas románicas de gran valor. En la parte baja de la población, está la ermita de San Martín, del s. XVII, con una nave y cabecera semicircular.
     Agüero.- Se halla asentada esta población al pie de los "mallos", del mismo origen gue los de Riglos, pero situados éstos en la orilla derecha del río Gállego. Su trazado urbano presenta una forma irregular que busca adaptarse al terreno, con pendientes que son salvadas por escalinatas. Sancho III el Mayor dio privilegio de ingenuidad a Gallo Pennero en el año 1033 por conquistar la villa y ordenar la construcción de un castillo en el peñascal, para que estuviera integrado en esta geografía.
     Su templo parroquial románico, ampliado en el s. XVI, es de sillar, rematado por galería de arquillos. Tiene tres naves separadas por gruesos pilares; se cubre la central por bóveda apuntada y arcos fajones; las laterales por bóveda de terceletes y combadas. El ingreso al templo se hace por arco apuntado de tres arquivoltas con decoración geométrica sobre capiteles figurados; el tímpano posee pantócrator y tetramorfos.
     En su término se encuentra la iglesia de Santiago, templo románico del s. XII declarado Monumento Histórico Artístico, que consta de tres grandes ábsides; el central decorado con friso de arcos sobre columnas de gran belleza y en el ábside meridional una extraordinaria imposta narrativa de la infancia de Jesús. Tiene una nave poco profunda que bien podría ser el crucero de una obra inacabada. La entrada está orientada al mediodía, bajo arco de medio punto con cuatro arquivoltas sobre capiteles figurados y tímpano con una Epifanía; en el interior, capiteles con decoración figurativa y abstracta.
     San Felices.- Se asienta la población sobre un cerro y está rodeado por altas crestas calcáreas que se alzan agrestes. Es un peculiar conjunto, conservando su arquitectura alguna chimenea troncocónica. Tiene templo románico remodelado en el s. XVI, de una nave con dos tramos separada por un arco apuntado. El ingreso se realiza por un arco de tres arquivoltas, sobre impostas, con rosetas y ajedrezado. Al noroeste se encuentra la cueva de Santa Chuliana, centro eremítico dedicado a esta joven que murió martirizada en el s. III.

  Las Oquedades :

   En los cortados de la roca, especialmente en las calizas y conglomerados, se presentan una serie de oquedades, conocidas como abrigos, a los cuales el hombre desde tiempos antiguos les ha dado diferentes usos, según fueran accesibles (por su mayor o menor facilidad). Quizá el uso más frecuente a los de mayores dimensiones y situados en la base haya sido el de parideras para guardar el ganado. También los de pequeñas dimensiones fueron utilizados como arnales para las abejas. Incluso se utilizaron como refugios de anacoretas que encontraron en ellas un lugar de retiro y meditación, siendo un ejemplo claro las llamadas celdas de Peñasola, o la cueva de Santa Chuliana.
     Los abrigos de grandes dimensiones fueron santificados con la creación de ermitas. La Virgen de la Peña en Aniés, San Julián en Lierta, San Martín de la Valdonsera, San Cosme y San Damián, ..... nos marcan unos espacios en los cuales puede todavía el hombre entrar en contacto con las fuerzas creadoras.